viernes, agosto 05, 2011

CARTA: "MI PADRE ES ALCOHOLICO"

¿Cómo conseguir que mi padre entienda que aunque es alcohólico es importante para nosotros? 
Mi padre es un ser humano generoso, bueno, sincero, trabajador y dedicado a la familia, pero tiene como única diversión tomar tragos los fines de semana.  Esta forma de recreación le está haciendo daño a él y a nuestra familia.  El aprovecha el estado de embriaguez para sacar a flote su sufrida infancia y para enrostrarnos que no le entendemos, no le queremos y que no es importante para la familia. Cuando vuelve a la sobriedad no permite acercamiento y mucho menos abordar sus problemas con el propósito de solucionarlos.
Hay personas que tienen dificultad para expresar sus emociones y para decir lo que piensan.  Se han reprimido por temor a ser rechazados.  Les da vergüenza la posible reacción de los demás si se enteraran de lo que ellos realmente piensan o sienten.
Vivir así es muy difícil y además poco saludable.  Los que no tienen permiso para mostrar lo que sucede en su interior, son como ollas de vapor sin válvula de escape.  Alguna vez pueden explotar.
Tu padre es de ese tipo de personas, por eso recurre al alcohol, el cual le provoca una sensación de alivio momentáneo, ya que le permite anestesiarse emocionalmente, esto lo desinhibe, así se desahoga y saca fuera todos esos sentimientos y experiencias negativas que lo acompañan desde hace muchos años.
Ahora bien, este desahogo no es curativo, más bien es como poner el dedo en la llaga para que duela y nada más.  Este tipo de situaciones en donde se recuerda el dolor, pero no se perdona, no se procesa y no se despide el  pasado, profundiza el sufrimiento.
Tu papá trae muchos traumas como resultado de su historia personal que aún le duelen. Tiene muchas heridas emocionales que ha ido recibiendo a lo largo de su vida.  Estas heridas no se han sanado y le resulta muy difícil vivir con el dolor que le provocan.  Ha perdido la estabilidad psicológica, no tiene paz espiritual por lo que utiliza la ingesta de bebidas alcohólicas.
Obviamente este señor es alcohólico y depresivo.  No está en condiciones de cambiar con sólo decidirlo, para salir de donde está debe ser ayudado por personas que le proporcionen herramientas para lograrlo.  Si ustedes lograran motivarlo a que asista a Alcohólicos Anónimos sería un gran paso.
Mi recomendación es que procures establecer una cercanía con él cuando esté sobrio.  No importa que él se quede callado al principio, si permaneces en esta conducta, en algún momento se abrirá una brecha de comunicación. Entonces escríbele una carta diciéndole lo que les preocupa su sufrimiento y cómo ustedes sufren también.  Es posible que se moleste, pero igualmente pensará en lo que le dijeron.  Lo que no pueden hacer es quedarse de brazos cruzados.  Pueden buscar orientación con un psiquiatra o psicólogo especialista en adicciones.  Debe ser un profesional que haya hecho estudios en esta área, ya que el manejo de las conductas adictivas es muy diferente a como se tratan otras enfermedades o trastornos psicológicos.
 Se ha comprobado que quienes cuidan a una persona adicta hacen una gran inversión psicológica y emocional en ella, de forma que acaban convirtiéndose en co-dependientes del adicto.  Esto genera comportamientos dañinos que necesitan ser corregidos, de forma que ustedes también pueden asistir a asociaciones que dan apoyo a los familiares de las personas alcohólicas.
MUCHA LUZ!

domingo, julio 31, 2011

¡GRACIAS PAPÁ!

Se señalan tantas cosas de los hombres como padres… se dice de ellos que no tienen la paternidad tan fuerte como la mujer la maternidad, se habla mucho de padres alcohólicos, de algunos que abandonaron a sus hijos, otros que los maltrataron, pero yo quiero hoy hablar del valor de tantos hombres que conozco que dejaron su legado con responsabilidad, porque pienso que no han sido reconocidos lo suficiente… no se ha hecho justicia.

A mi particularmente me ha tocado conocer muchos hombres que han relegado, incluso, sus proyectos personales de tipo afectivo por cumplir y estar cerca de  sus hijos.  Antes pensaba que, que un hombre dijera que se quedaba con su pareja “por sus hijos”, era sólo una excusa, pero hoy yo sí creo que para un hombre esa es una razón para quedarse y es injusto no reconocerlo.

Hay muchas personas que tienen rabia, dolor, heridas abiertas que los mantienen enganchados. El nudo generado por estos sentimientos guardados los afecta en su propia vida, porque quien no toma a su padre no tiene impulso para los logros, para la realización, ni para tener una relación de pareja que funcione.

En el enfoque sistémico el padre tiene mucha fuerza aún cuando no está presente. Lo primero que tenemos que hacer es decirle SÍ Y GRACIAS, porque los hijos no tenemos el permiso de juzgar a nuestros padres, puesto que no tenemos cómo pagarles el hecho de que nos dieran la vida y nos permitieran vivir lo que nos toca a través de un cuerpo.
En los casos en los que no lo hicieron bien, por ejemplo, padres a los que se les ha ido la mano en sus lecciones o por el contrario no supieron poner límites, aunque no los aplaudo, me bendigo en esa expresión de la paternidad, puedo mirar más allá y les propongo hacer lo mismo. 

Para aquellos de padres ausentes lo mejor es entender que no se quedaron porque no tuvieron con qué, no supieron cómo. Es bueno recordar que somos víctimas de víctimas y que ya no es momento de acusar o buscar culpables, sino de sanar, de decir “SÍ A LA VIDA TAL Y COMO ES” y hacer algo bueno con lo que recibimos del padre.

Hoy, a través de este blog quiero hacer un homenaje a mi padre, que el 6 de junio hubiese cumplido noventa y cinco años. Mientras crecía, mi padre me parecía un hombre fuerte, exigente, excedido de límites, dictador, pero con el tiempo he podido entender que tuve el mejor y que su legado ha sido una bendición en mi vida. Tuve  justo el  padre que necesitaba para poder aprender las lecciones que me tocaban y estoy segura de que cada uno de ustedes también tienen o tuvieron el padre que necesitaron. Los invito a que se unan a decir “GRACIAS PAPÁ. Las cosas negativas me hicieron fuerte, me obligaron a crecer y dar más de mi y por eso lo doloroso se convirtió en bendición”.

Lo que antes veía como herida, ahora puedo verlo como una medalla de guerra que llevo con orgullo. Antes pensaba en mi padre como un hombre implacable y poco amoroso y hoy mido su estatura en su integridad, su responsabilidad, su entrega, su nivel espiritual, el esfuerzo titánico que hizo para que creciéramos socialmente. Ahora puedo entender a todas las privaciones a las que se sometió,  y cómo se alegraba de todo lo que consiguió por esas privaciones. A través de mi padre honro la energía de todos los padres y los invito a que tengan una mirada amplia.  QUIEN NO TOMA AL PADRE, CON LO BUENO Y LO MALO, NO TOMA LA FUERZA DE LA VIDA.

Para poder decir todo esto hay que trascender las limitaciones de nuestros padres y si en este momento tu padre está haciendo cosas que te hieren, te propongo un ejercicio para liberarte de esto:

Escribe cartas reconociendo que si la vida decidió que ese fuera tu padre tu dices SI, y pide poder ver claro lo que te toca mirar.

Existe una teoría que dice que los hijos elegimos a los padres que necesitamos para sanar espiritualmente. Así que ten pendiente que tu padre es el indicado para ti y en él están contenidas importantes lecciones de tolerancia, aceptación, rendición entre las muchas otras lecciones que vinieron con él.

Estas afirmaciones puede serte útil en momentos de prueba: “Bendigo el bien que hay en esta situación y pido que se manifieste”.

“Papá, te tomo con lo bueno y lo malo, te entro en mi corazón y me libero y te libero con amor”.



¡GRACIAS PAPÁ!

MUCHA LUZ