domingo, mayo 22, 2011

La Primera de las Cartas

Comparto esta carta  (la primera de una serie que estaré publicando semanalmente, respondiendo a inquietudes de la gente acerca de aspectos familiares, de pareja y trabajo) que recibí hace un tiempo y la respuesta que di a esa persona. Elegí esta carta a propósito del artículo anterior "SI A TODO TAL Y COMO ES"

Mi hermano tiene cáncer ¿Cómo puedo ayudarlo, cómo adaptarme a esta situación?


Tengo un problema y es que mi hermano tiene cáncer.  Yo era feliz y no tenía ningún problema, pero cuando nos enteramos de esto, mi vida ha cambiado totalmente.  Siempre vi. el cáncer como un tema de película o de cosas  que sólo le ocurren a los ”otros”.  Pero ahora que este problema está dentro de mi familia, me duele mucho y  veces pierdo la esperanza.  Por más que trato de ser positiva y de pensar que todo va a salir bien, me cuesta mucho y tengo que actuar cuando estoy frente a él, porque no podemos demostrarle que estamos preocupados o sentimos lástima por él, pero cuando salgo de ese cuarto me siento muy mal.  Yo estoy consciente de que no puedo ayudarlo porque no soy médico, pero quisiera saber de qué otra forma puedo ayudarlo.  ¿Cómo puedo contribuir a su cura o salvación emocional y espiritual?

RESPUESTA

Para nosotros crecer, evolucionar y avanzar espiritualmente, muchas veces somos sometidos a pruebas que requieren de nosotros: paciencia, humildad, fortaleza, tomar en cuenta a los otros, confianza en Dios y cambios de actitudes que nos hagan mejores seres humanos.  Siempre que nos llegue algo de golpe, aunque sea de apariencia positiva, debemos ser cuidadosos en su manejo porque como no estábamos preparados para recibirlo, puede afectarnos.

Cuando un miembro de la familia contrae una enfermedad grave, este hecho se constituye en una de las pruebas más difíciles de enfrentar.  El reto es mayor si además, es alguien joven quien ha perdido la salud, la situación puede generar crisis individuales en las personas ligadas afectivamente al enfermo.

Lamento que su hermano tenga cáncer.  Esta es una dura realidad frente a la cual necesitará mucha fortaleza espiritual.  Sabemos que las enfermedades pueden ser caminos de crecimiento.

De seguro que cuesta mucho ser positivo ante un diagnóstico de cáncer, debe serlo.  Esto no resuelve el problema, pero permite que podamos hacer uso de nuestros mejores recursos y ponerlos al servicio de su solución.  También sé que habrá momentos en que flaqueará, perderá las esperanzas y se volverá pesimista, tiene que reponerse y seguir adelante. 

Estoy de acuerdo en que a su hermano no se le debe mostrar lástima aunque sintamos pena, pero tampoco es saludable actuar como si nada estuviera pasando.   Eso es autoengaño, lo cual  los llevará a evadir la realidad.  Al no enfrentarla, no podrán encontrar la mejor respuesta posible a dicha situación.

Su hermano debe tener una serie de sentimientos, dudas e interrogantes que no se atreve a plantear.  Esto hace más difícil la experiencia que está viviendo.

Lo mejor es que él pueda hablar, decir lo que siente, hacer preguntas y hasta quejarse y protestar por lo que le está sucediendo.  La represión es poco saludable.  En mi experiencia, los enfermos de esta naturaleza tienden a disimular su dolor, tragarse su malestar y fingir que están bien para que los familiares no se mortifiquen. Increíbl,e pero cierto... los enfermos cuidando a los sanos.

Usted cree que no puede hacer nada por él y está equivocada.  En su calidad de hermana, puede ayudarle y mucho.  Además de su médico, su hermano necesita guía espiritual, encontrarle un sentido al sufrimiento y apoyo psicológico.  El enfermo debe ser parte activa en su tratamiento y en luchar por vivir o bien morir.  En ese proceso, su apoyo y compañía pueden ser valiosos.  Además, la enfermedad no es algo que atañe sólo a quien la padece, tiene que ver con familiares, amigos y allegados.

Hay libros cuya lectura le podrán servir, le recomiendo leer sobre el tema especialmente desde el punto de vista de quienes lo han padecido, usted, su hermano y su familia deben auxiliarse de libros que les expliquen cómo enfrentar positivamente ese diagnóstico.

La enfermedad de su hermano es una oportunidad de fomentar la unión familiar y el crecimiento espiritual de todos los involucrados.

Le sugiero que cada vez que piense en el cáncer de su hermano diga “Bendigo el bien que hay en esta situación y pido que se manifieste”.


MUCHA LUZ