martes, octubre 11, 2011

CARTA: ¿Cómo puedo conseguir que mi hija me abra su corazón y sea más comunicativa en el hogar?



Querida Martha:
Tengo una hija de 15 años, la cual tuve de mi primer matrimonio. Su padre y yo nos separamos cuando ella tenía 2 años. Cuando cumplió los 3 años conocí un hombre, nos tratamos, nos enamoramos y luego nos casamos. Tuve dos niños con él. Más adelante el padre de mi primera hija murió, y desde entonces luché por echar yo sola esa niña hacia adelante, pero sucede que ella es tímida, muy poco comunicativa. Por ejemplo: ni siquiera me ha dicho sus colores favoritos. Como me he  ocupado de todo lo que ella necesita: sus estudios, cursos técnicos, etc., he tratado de ganarme su cariño, pero ella me rechaza y  no quiere ni hablar con mi segunda hija, también la rechaza y tiene 3 años que no le habla. Yo he tratado de resolver ese problema, pero no he logrado nada.
RESPUESTA:
En la actualidad la familia está viviendo con frecuencia fenómenos que antes se presentaban de manera esporádica. Esto es propio de estos tiempos y, para ayudar a sus miembros, tenemos que auxiliarnos de todas las herramientas que nos ofrecen las ciencias de la conducta con el fin de poder manejar casos como el tuyo.
He observado que cuando una persona contrae matrimonio por segunda vez y aporta un hijo a la nueva relación, en un gran número de los casos, no logra hacer una integración exitosa entre éste y su nueva pareja. Entonces, sucede que la pareja hace su propio proyecto y el hijo del matrimonio anterior queda como un apéndice. Cuando nace un hijo de esta nueva unión se agudiza el problema porque la culpa que esto genera en el padre o la madre de éste, agrava las cosas.
El hijo crece sintiéndose víctima y el padre o la madre –la persona con quien vive- lo sobreprotege; el hijo se resiente de lo que considera son discriminaciones, la madre le perdona faltas porque le da pena y así se va creando un círculo bastante negativo. A tu historia en particular,  hay que añadir todo el dolor que pudiera estar presente en su vida por la ruptura de su familia y luego la pérdida del padre.
La adolescencia es un período que se presta para sacar a la superficie todas las situaciones mal manejadas en la niñez y que aparentemente no habían afectado, por lo que quedaron olvidadas. Ese, creo, es el caso de tu hija.
Sola no vas a poder resolver el problema, no por incapacidad, sino porque ella va a rechazar lo que venga de ti para así castigarte. Te recomiendo que busques la guía del orientador de la escuela en que ella estudia o visites a un psicólogo especializado en trabajar con adolescentes, no para que la lleves a ella sino para que primero te ayude a ti.