lunes, julio 11, 2011

UNA EDUCACIÓN EN VALORES (parte II)


En la primera parte de este artículo, hablamos sobre los valores universales y cuál es el lugar que ocupan en nuestra sociedad hoy en día. Para esta segunda y última entrega, hablo de ciertos aspectos que pueden servir de guía sobre cómo podríamos contribuir con la superación de la crisis en la que nos encontramos en este sentido. 

RETOS

Ante esta situación el reto, entonces, es buscar un terreno común en donde diferentes generaciones puedan armonizar sus puntos de vista y puedan avanzar juntos hacia un mundo donde los principios y valores trascendentales vuelvan nuevamente a ser faros que muestran el camino hacia una transformación social positiva y humanista. Es necesario que juntos busquemos:

o   Encontrar respuestas  para las mismas preguntas de todos los tiempos.

o   Recuperar los valores fundamentales y trascendentales sosteniendo una visión de armonía y gozo, haciendo que estos valores sean atractivos para las nuevas generaciones.

o   Conciliar y rescatar la intención positiva que se escondía detrás de esas acciones que fueron positivas, pero que  ya no funcionan y revestirlas de una nueva forma más acorde con los nuevos tiempos.


¿A DONDE VAN A PARAR LOS VALORES?

El director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura hablando acerca de las valores, plantea una posición interesante, esperanzadora  y digna de consideración. Él nos dice  a propósito del tema que los valores perduran aunque no presenten la misma fachada que antes  y que decir que los valores están en decadencia en todo el planeta no es real, ya que en muchas regiones del mundo, las raíces tradicionales siguen sirviendo de base para organizar la vida en sociedad.
También al mismo tiempo reconoce que existe la percepción por parte de la mayoría de las personas de que ya no hay valores. Ciertamente estamos en una crisis de valores sin precedentes, pero que en la sociedad del conocimiento, nuestro problema no debe ser la pérdida de valores, sino saber elegir cuáles de ellos seguir, cual es nuestra actitud ante ellos; por tanto lo que tiene que cambiar es nuestra mirada. Nos dice que el problema radica más bien en el choque entre valores, el rechazo de los valores ancestrales y la hibridación de valores de diferentes culturas.  También nos recuerda que los valores evolucionan, que pueden elaborarse en común y que pueden ser objeto de debates.

El reto  que Matsuura plantea es que esta labor ética debe hacerse a escala de la comunidad mundial y generar un diálogo entre las culturas buscando una reflexión en conjunto sobre los valores en el Siglo XXI.


EL ROL DE LOS EDUCADORES

Existen profesiones en la vida en las que se puede separar el rol profesional de la vida personal de quien la ejerce, pero existen otras que son a “tiempo completo”  y quienes la practican tienen el compromiso de actuar en todo momento acorde con lo que esa profesión ofrece. El educador es uno de ellos, una vez uno asume este rol como misión de vida, se compromete a serlo  no sólo en el aula sino también fuera de ella.

El maestro, tiene la responsabilidad social de fungir como tal, en la familia, en la crianza de sus hijos, como ciudadano y en el salón de clases. En todas las situaciones se espera de él que predique con el ejemplo.

Sólo un educador que esté realmente convencido de las ventajas de vivir cimentado en sus principios y valores universales será capaz de convencer a otros sobre sus beneficios y de motivarlo para que los incorporen a su cotidianidad.

Por tanto la educación en valores dependerá de la firmeza del grupo de maestro  que asuma esta misión, del grado de compromiso con que la asuman y de la profundidad de sus convicciones.

BUENAS NOTICIAS

A pesar de que la corrupción, la violencia, el irrespeto a la vida y la impunidad han tomado fuerza en nuestros tiempos, hay personas enfocadas en contribuir al bien común. Dentro de cada cultura hay individuos y grupos que se interesan por el rescate de los valores transcendentales y están en disposición de evaluar, devaluar y reevaluar dichos valores para hacer evolucionar en forma positiva y promoverlos.

Muchos de los avances, logros y reivindicaciones de los que hoy disfrutamos son producto de la acción de personas que lucharon para que así fuera. A esto hay que añadir que no es necesario que todo esté orientado hacia la recuperación de los valores para que esto sea posible. A través de la historia hemos visto que  los grandes cambios de la humanidad, han sido generado por grupos  pequeños. Definitivamente el cambio hacia un estilo de vida que busca una mayor eficiencia personal y respecto a la vida en todas sus manifestaciones no depende tanto de la cantidad que lo promuevan como de la fuerza y enfoque de quienes creen en ellos.


LA INVITACION:

Producto de esta reflexión sobre los valores, y la educación en valores, resulta poderosa la invitación que nos hace Stephen R. Covey a convertirnos en una persona “de transición” lo cual significa “tener la libertad de elevarse por encima de los guiones negativos recibidos en el proceso de la construcción de las relaciones. Romper los paradigmas y estándares tanto familiares como sociales, para así crear en uno un puente de mejoramiento y con ello lograr el aumento de la calidad de los paradigmas propios y que las nuevas generaciones vean en uno un ejemplo positivo; que el esfuerzo propio se vea reflejado en el entorno y tenga repercusiones positivas en los demás”



La naturaleza nos da una lección de vida cuando nos muestra que de una semilla nace un árbol y este contendrá en él otras semillas, que se multiplicarán en más arboles. Seamos semillas de: honestidad, integridad, respeto a la vida, bondad, justicia, lealtad, amor al trabajo, solidaridad, amistad, respeto, humildad, prudencia, conservación de la naturaleza, servicio, libertad.


Vivamos cada día con grandeza, convencidos de que más vale encender una luz, que maldecir la oscuridad.

“La educación en valores efectiva nos permitirá disfrutar de la vida rica en significado y progreso que sólo se da cuando vivimos en armonía, con principios universales y valores transcendentales”


BIBLIOGRAFIA


1.    Grandeza para cada día -  Stephen R. Covey

2.    Humanismo trascendental y desarrollo – Guzmán Valdivia

3.    Valores y Límites:  La brújula  perdida – Julio César Labaké

4.    En busca de los valores – Covadonga O’ Shea

5.    Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas – Stephen R. Covey

6.    Liderazgo centrado en principios – Stephen R. Covey

7.    ¿A dónde van a parar los valores? – Koichiro Matsuura – Director General de la UNESCO

jueves, julio 07, 2011

UNA EDUCACIÓN EN VALORES (parte I)

Este mes he sido convocada por la COOPERATIVA NACIONAL DE SERVICIOS MULTIPLES DE LOS MAESTROS (COOPNAMA) para dar o charlas sobre la Educación en Valores en su curso de verano 2011. A propósito de esto quiero compartir con todos los lectores, ya seguidores del blog, la primera parte de un artículo mío que se publicó en la Revista de la COOPNAMA con motivo de estas charlas. 







REFLEXION SOBRE LOS VALORES

Estamos en una época de muchos cambios en las que somos al mismo tiempo espectadores y protagonistas. La globalización, que en gran medida es posible gracias a estos avances, nos da libertad de acceso a todo. Ahora los límites son más finos y esto ha tenido resultados muy positivos para los seres humanos como grupo. Ahora  el intercambio cultural es mucho más rico.
Ciertamente la humanidad está disfrutando de lo que hemos logrado gracias al desarrollo económico, tecnológico y sociocultural. Estos avances han hecho que el acceso a la información sea más rápido, fácil y completo y por tanto, el acceso al conocimiento. Estamos en la era del Saber.

El desarrollo  económico, tecnológico y sociocultural que hemos conseguido impacta en todos los planos de nuestras vidas y no solo de manera positiva: así como se da el enriquecimiento intelectual, de igual manera tanta información, fácil de adquirir y tan variada ha provocado una gran confusión.

Esta globalización es, en gran medida, responsable del cambio en las  estructuras de convivencia sobre las cuales descansa nuestra sociedad. Ha influido en: la familia, el sistema político, las religiones, el arte, la cultura y la educación, entre otras. Todas estas estructuras están sostenidas por un sistema de valores y por tanto, también en ellas se han generado cambios, crisis y ausencia de principios trascendentales.

LOS PRINCIPIOS Y LOS VALORES

Los Valores son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir unas cosas en lugar de otras por ejemplo la verdad en lugar de mentira y a elegir un comportamiento en lugar de otro: preferimos la responsabilidad por encima de irresponsabilidad. Los valores van cambiando en las distintas épocas y sociedades, pero en la raíz de los valores trascendentales, están los principios universales que representan necesidades humanas independientemente de las circunstancias; aunque seamos injustos, por ejemplo, la justicia sigue siendo un valor, y aunque seamos egoístas, la solidaridad sigue siendo un valor.

Un aspecto clave al hablar sobre la importancia de los valores  es que nos hacen convivir como seres humanos y relacionarnos con las demás personas, porque son como guías que nos permiten encaminar nuestra conducta hacia el bienestar común y la convivencia armoniosa. 
Su poder reside en que orientan el comportamiento humano y generan la transformación social. Los valores no tienen su fundamento en lo que nos muestran los sentidos y por tanto, toman forma y significado en la mente de los seres humanos. Son construcciones mentales y espirituales que se aplican en las diferentes situaciones de la vida, dándole significado y se manifiestan a través de acciones prácticas que reflejan los principios que los sustentan, por ejemplo actuar en consonancia con la honestidad está sustentado en la verdad como principio.
Los valores son pensamientos, los valores son conceptos, los valores son creencias, los valores son ideas....pero por sobre todas las cosas,  los valores deben ser comportamientos y formas de vida que se reflejen en nuestro día a día.


¿TIEMPOS DE CRISIS?

El colonialismo tecnológico ha provocado que surjan nuevos gustos, ha despertado nuevos impulsos y ha creado nuevas necesidades. Cambiaron las aspiraciones y se han transformado las convicciones. Dado que todas las estructuras de convivencia están sostenidas en valores y en los principios que hay detrás de ellos, estos también han cambiado. Hemos avanzado  en cuanto a tecnología se refiere, pero hemos retrocedido  en lo que tiene que ver con el ser. El resultado ha sido en muchos casos una mejora en la vida material, pero un empobrecimiento del espíritu.
Los modelos sociales a seguir que nos guiaron en el pasado ya no funcionan. Estamos en una transición en donde, aunque ya no siguen los mandatos de las antiguas generaciones, no se ha encontrado una nueva forma de actuar acorde a nuestros tiempos, pero conectada con aquellos principios universales que trascienden el tiempo y nos guían en la acción. El resultado es una crisis de valores, una ausencia de principios y la exaltación de los antivalores.


LOS ANTIVALORES

¿Qué significa el culto a los antivalores?

Todo valor se presenta en dos polaridades y por tanto conlleva un contra-valor. Por ejemplo honestidad/ deshonestidad, verdad/mentira. El opuesto de un valor se le llama antivalores.
En estos momentos, la dinámica social está mostrando muchas situaciones donde hay una valoración de los antivalores: vemos como un profesional que actúa con integridad y no acepta un negocio ilícito, puede ser menos exitoso y desplazado socialmente, por otro que ha actuado con deshonestidad y se ha enriquecido transgrediendo principios.

Son muchos los factores que han provocado este culto a los antivalores. Entre los principales cabe mencionar los siguientes:

o   La sobrevaloración del éxito.
o   El surgimiento de una cultura de lo desechable.
o   La sobrevaloración de los bienes materiales.
o   La valoración de lo rápido e inmediato.
o   El relativismo como filosofía.
o   El desprecio de los procesos y la búsqueda de atajos para lograr objetivos.
o   La colocación del bienestar por encima de los principios
o   Darle prioridad a la belleza, la moda, la imagen y la juventud
o   Quitarle mérito a la integridad, la autenticidad, la trascendencia y la sabiduría.

Las consecuencias de este aupamiento de los antivalores ha sido un fortalecimiento de la corrupción, el aumento de la violencia, la impunidad y el irrespeto a la vida. También ha generado poca valoración del esfuerzo continuo y del trabajo como vehículo para el crecimiento económico y del ascenso social. Muchos han caído en la desesperanza y han perdido fuerzas para desarrollar sus propios proyectos. La gran mayoría se convertido en  consumidor del éxito y del disfrute a cualquier precio.

 LOS ADULTOS COMO MODELO A SEGUIR

Los adultos que en épocas anteriores eran un punto de referencia y mostraban el camino a seguir, han perdido fuerza y no son percibidos en la mayoría de las situaciones como fuente de inspiración. Su forma de actuar en un gran número de caso no resulta atractiva a las nuevas generaciones, quienes los acusan de tener una conducta basada en la doble moral y de no ser coherentes con los valores que promueven.

Igualmente los adultos parecen no entender a las nuevas generaciones y en vez de asumir su cuota de responsabilidad en la crisis de valores existentes, critican a los jóvenes por su inmadurez, rechazan su rebeldía, les imponen reglas de forma autoritaria y no les dan un espacio propicio para crecer y desarrollarse.

Todo parece indicar que los adultos y mayores no han mostrado su sabiduría, su cordura y su equilibrio a la hora de manejar esta crisis de valores. No han dado el ejemplo y los jóvenes se han alejado de sus propuestas.

Los que tienen la responsabilidad de guiar a otros de alguna manera, ya sea en la familia, en la escuela, a través de los medios de comunicación, en las instituciones sociales, militares o judiciales, tienen que mostrar las ventajas y beneficios de actuar basados  en principios y valores.  Educadores, padres, políticos, comunicadores, religiosos, líderes, autoridades deben mostrar que en sus propias vidas actúan en base a principios y convencer a los más jóvenes de los beneficios que estos han traído a sus vidas.



NOTA: NO TE PIERDAS LA II PARTE DE ESTE ARTÍCULO EN LA PROXIMA PUBLICACIÓN DEL BLOG. EN ELLA ENCONTRARÁS LOS NUEVOS RETOS, LA MISIÓN DE LOS QUE TENEMOS LA RESPONSABILIDAD DE EDUCAR, Y ALGUNAS BUENAS NOTICIAS CON RESPECTO A ESTA CRISIS DE VALORES EN LA QUE NOS ENCONTRAMOS. 


MUCHA LUZ.

sábado, junio 25, 2011

CARTA: ¿Los hijos de un padre antisocial heredan esta conducta?


Querida martha:
"Mi esposo es un antisocial.  El es uno de los que cuando ve a alguien conocido en la calle cruza la acera para no tener que saludar.  Es un hombre a quien le importan muy poco los demás.  Eso se debe a que tuvo una infancia muy negativa y quedó muy traumatizado. Tenemos dos hijos de 3 y 5 años y me preocupa que también sean antisociales, creo que es porque los estamos criando así, ya que nunca viene nadie a mi casa y son bastante egoístas.  ¿Cómo puedo salvarlos? "

RESPUESTA
Saber convivir tiene una gran trascendencia en la vida del hombre.  Somos seres sociales por naturaleza y por tanto necesitamos aprender a adaptarnos a la familia, al grupo escolar, a los amigos, al ambiente de trabajo, los vecinos y la sociedad, nos definimos, crecemos, aprendemos, somos más felices a través de los demás, para esto hay que aprender dos cosas básicas:
  • Renunciar al individualismo
  • Aprender a compartir

 El niño es egocentrista por instinto de conservación, pero a medida que crezca debe comprender que sus intereses no siempre van a concordar con los de otros, y que hay que armonizar los deseos individuales y los derechos de los demás.
 La capacidad de socializar y de convivencia se debe cultivar durante la infancia y enseñarse más con el ejemplo que con la palabra.  Esa es una gran tarea de padres y maestros.  Los niños van a reflejar las actitudes de quienes los eduquen y dirijan.  Quienes no lo logran tienen poca inteligencia emocional y tendrán dificultades en el desarrollo de sus relaciones familiares, con los amigos y más adelante con su pareja y en el trabajo.
Cuando una persona cultiva las habilidades sociales, su vinculación con los demás será gratificante, en la mayoría de los casos aumentan sus posibilidades de vivir con bienestar.
 Si observamos a nuestro alrededor, veremos como las personas que se adaptan fácilmente a diferentes ambientes por heterogéneos que sean, tienen más probabilidades de dominar las situaciones difíciles y más fácilmente adquieren respetabilidad y prestigio. Algunos ejemplos de esto son: 
. Un gerente preocupado por sus subalternos.
 . Un empleado interesado en mejorar sus servicios y honrar su lugar de trabajo.
 . Un padre de familia pendiente de la educación y bienestar de sus hijos.
 . Un hijo esforzándose por cumplir con sus responsabilidades.
. Un servidor público que se preocupa por el bienestar de los ciudadanos.
. Un científico consagrado a la investigación para mejorar la humanidad.
 . Un ecologista procurando que todos cuidemos nuestros recursos naturales.
 La capacidad de socializar y el desarrollo de la empatía nos llevan a un alto grado de evolución y madurez y nos dan la autoridad y respetabilidad que logran quienes se orientan hacia el bien común.
Con una actitud que busca tomar en cuenta a los demás, la vida del hombre cambia favorablemente y sus relaciones mejoran en todas partes.  Es así como: 


  • El ejercicio profesional se enfoca con amplio criterio.
  • Los negocios se administran con miras a una justa ganancia y no como un   medio de explotación.
  • En la administración pública se atiende con paciencia y amabilidad.



Por todo lo expuesto anteriormente, quiero invitarla a que decida trabajar para que sus hijos desarrollen una buena capacidad de convivencia.  Le sugiero que cree condiciones propicias para que ellos socialicen tales como: llevarlos a los cumpleaños, invitar algún amiguito a que vaya a la casa, dejarlos jugar en grupos y cuando crezcan un poco más, ponerlos a participar en equipos deportivos.
Quizás a su esposo no le quedó más remedio que ser antisocial por la vida que le tocó, pero sus hijos tienen otra historia y otros padres, no tienen porqué seguir un patrón de conducta que desde ya sabemos que no les conviene.


martes, junio 14, 2011

"PSICOGENEALOGÍA: Las Influencias de nuestros ancestros"

¿Has notado que hay momentos de tu vida y la de los que te rodean en que el conocimiento, el talento, la capacidad, las oportunidades o toda la información que tenemos, nos sirve de poco para las cosas fundamentales? y  me refiero a las cosas verdaderamente esenciales, las que nos hacen felices... Esto pasa cuando estamos respondiendo a fuerzas más grandes que nosotros:  a las de nuestros  ancestros y antepasados que nos toman y determinan esas conductas.



La psicogenealogía se ocupa de ver los aspectos psicológicos que están presentes a nivel transgeneracional. Estudia las inlfluencias y el impacto que tienen en nuestra vida situaciones de salud, económicas, emocionales, de pareja, dinámicas familiares, en las que se vieron envueltas las generaciones pasadas de cada uno de nosotros.

La importancia de la psicogenealogía radica en que la misma encuentra respuesta a muchas interrogantes respecto a situaciones que se repiten, a cosas que se nos van de la mano. A través de ella podemos entender de dónde surgen ciertos comportamientos que sólo se entienden si se tiene una mirada de conjunto que incluya nuestra historia y la de los antepasados.

Para que un árbol de buenos frutos, tiene que tener bien las raíces, y de la misma manera sucede con los seres humanos: Del árbol familiar nos viene la fuerza para enfrentar la vida, pero esa misma fuerza nos puede atrapar, porque en nuestra historia familiar existen daños no reparados, asesinatos, luchas étnicas o de grupos sociales, deudas impagas, duelos no realizados, secretos de familia, además entre nuestros antepasados  están los olvidados, excluídos, sufridos, o  aquellos que dañaron o hicieron daño. Entonces, si no los miramos y les pedimos permiso para actuar, nos veremos atados a esas situaciones que ellos generaron.

Esto sucede porque para el individuo es fundamental pertenecer a su árbol y con tal de eso paga el precio que tenga que pagar. Es lo que se llama "Amor Ciego”.  Actuando en nombre de ese amor honramos nuestros ancentros. A esto se llama también “Lealtades Invisibles” y pueden manifestarse en distintas areas de nuestra vida como por ejemplo, el nivel de estudios o económico, las formas de relacionarse, las rupturas, el desarraigo, entre otros.

La psicogenealogía nos da el ejemplo de lo que se llama “Síndrome de aniversario”, que son situaciones que se repiten con hechos agradables o trágicos que se pasan de generación en generación por los “Lazos transgeneracionales”. También existen los “accidentes de aniversario” que están ligados un secreto familiar.

Por ejemplo, yo tengo un tío que murió el mismo día en que nació y un primo que murió trágicamente, porque se desnucó al lanzarse a un río y 17 años después un sobrino de éste murió de la misma manera el mismo día que le nacía su primera hija. 

Ya sabemos que  hay situaciones que pasaron de una generación a otra hasta llegar a nuestras vidas. Cada una de ellas, si no son resueltas o sanadas, van generando nudos  que impiden que fluya el amor, la prosperidad, el bienestar, la alegría. Entonces, la psicología te proporciona herramientas para identificar esos nudos y buscar desatarlos o diluirlos.

Sabemos que las situaciones dolorosas que se vivieron en una generación anterior y no fueron resueltas en ese momento,  alguien de la próxima generación procurará hacerlo, aún sin que éste tenga conciencia de ello y si no lo consigue, entonces la misión pasará a una nueva generación…  Mientras esa tarea no sea terminada, seguirá viajando a través de las generaciones.

Uno de los recursos probados más efectivos para liberar esas ataduras, es realizar actos  o representaciones cargados de metáforas y símbolos, para que el inconsciente, que no tiene sentido del tiempo y que es irracional, los de por buenos y válidos, vinculándolos con la situación que le dio origen y reparándola.

Es ahí cuando se reacomodan y se recomponen las fuerzas y entonces volvemos a nuestra vida, pero ya sin esas cargas que, por ser parte de nuestro árbol genealógico, nos tocaban.

Tomar en cuenta nuestro árbol genealógico, la historia de nuestros padres, abuelos e ir mas allá: la de los abuelos de nuestros abuelos, nos proporciona un marco en el cual podemos colocarnos de una manera más inteligente y efectiva y llevar la vida con una perspectiva más saludable.

La psicogenealogía nos permite ampliar nuestra mirada. Analizar la raíz nos coloca en la vida en un lugar de mucho más fuerza desde donde podemos fluir mejor, movernos respetuosamente de situaciones dolorosas, desagradables, incapacitantes, para finalmente  liberarnos de ellas, también respetuosamente, y así restablecer el orden.

MUCHA LUZ